lunes, 9 de febrero de 2009

La primera del año

Samadet. Francia. 08-02-2009

Tarde fria. Casi llenos los tendidos

Novillos de Camino de Santiago, parejos y foljos en lineas generales, todos perdieron pezuñas durante la lidia. El primero se apuntilló en el ruedo por partise una mano. El mejor el sexto. Numeros: 18, 5,12 ,11(sob),20,8.

Roman Perez de Caña y oro con remates negros

Silencio y Silencio

Tomasito de Azul marino y oro

Ovación con saludos y Oreja

Mario Girao de Blanco y oro (debuta con picadores)

Silencio y Oreja

Roman Perez demuestra que está listo para la alternativa, pero es un novillero que no dice nada, un pegapases. Se tira a matar muy abajo.

Tomasito, demuestra la voluntad y las ganas que se le esperan a un novillero, con su primero no transmite por la soseria del novillo. Con el complicado quinto lo intenta y pone todo de su parte. Oreja a la voluntad

Mario Girao debuta con picadores, con el del debut quiere agradar pero los nervios le pueden, con el buen sexto, lo intenta y realiza una buena faena pero por debajo del novillo. Mata bien y corta la oreja.

martes, 27 de enero de 2009

Confirmación y consagración históricas de Miguel Ángel Perera


Doble fue la confirmación mexicana del nuevo gran torero, a partir de ahora también consagrado aquí como gran figura porque, si de una parte, se trataba de doctorarse por todo lo alto en la plaza más importante de América, de otra le supuso ratificar que la gravísima cornada que recibió en su dramática y triunfal tarde otoñal de Madrid, mas su larga además de costosa recuperación, lejos de restarle sitio y valor bien quedó ayer demostrado que ambas virtudes las mantiene intactas. Pero es que, además, el cómo remontó Perera una situación tan tremendamente adversa por su pésima suerte con el lote de Barralva que le correspondió y, especialmente, con gran parte del público radicalmente a la contra de su segundo toro al que terminó cortando una oreja valiosísima tras hacerse respetar como excepcional muletero, quedará en los anales de la plaza y para el recuerdo de los presentes. Pero no contento con ello, Perera terminó destapando su abismal tauromaquia regalando sin necesidad un sobrero de Xajay al que cortó el rabo. La tarde fue tan variada como llena de matices positivos y negativos. Entre los primeros y además de la clamorosa actuación ya apuntada del de diestro de Badajoz, un tercer toro con gran clase de la ganadería titular al que el joven José Mauricio cuajó una preciosa e inspiradísima faena y le cortó las dos orejas, la bondad del segundo toro, y lo obediente y encastado aunque no fácil que resultó el sobrero. Y entre lo negativo, lo desigualmente presentado del encierro como asimismo el mal juego que dieron los dos toros anunciados del gran triunfador y otros dos de sus colegas. Manolo Mejía no convenció ni con el bueno ni con el malo, mientras que Mauricio tambien con el sexto que tuvo una lidia muy complicada, perdiendo quizá otro apéndice al fallar con los aceros.

México. D. F. 25 de enero de 2008. Decimoquinta corrida de la temporada. Tarde agradable con un tercio largo de entrada concentrada en los tendidos numerados, unas quince mil personas. Seis toros de Barralva de la rama “Saltillo”, desigualmente presentados y varios en juego. De pobres cabezas los dos primeros y más serios y armónicos los demás salvo el que hizo de quinto, alto y veleto de cuerna pero excesivamente estrecho y vareado por lo que fue muy dura y largamente protestado. Los mejores fueron el segundo y, sobre todo, el tercero que tuvo gran clase por los dos pitones y fue premiado con arrastre lento. Los demás, deslucidos en distintos grados por desrazados, flojos o por ambas cosas aunque todos fueron nobles. Un sobrero lidiado como regalo en séptimo lugar de la ganadería de Xajay, definitivamente asaltillado, cárdeno y cornipaso que resultó tan obediente como encastado aunque embistió a media altura. También fue premiado con arrastre lento. Manolo Mejía (verde tumalina y oro): Estocada delantera desprendida, silencio tras palmas para el toro en su arrastre. Estocada desprendida, pitos sin acritud. Miguel Ángel Perera (turquesa y oro): Pinchazo y estoconazo trasero algo tendido, palmas con saludos. Gran estocada algo trasera, oreja. Gran estocada, dos orejas y rabo. José Mauricio (carmesí y oro): Media estocada efectiva, dos orejas. Dos pinchazos y estocada, ovación. Miguel Ángel Perera y José Mauricio fueron sacados en hombros. En palos destacó Cristián Sánchez.

Si todas las corridas tienen un argumento técnico y otro dramático, este segundo recayó ayer en Miguel Ángel Perera como pocas veces hayamos visto por las complicaciones que le surgieron. Llegó a la México sin mediatizar lo más mínimo, es decir, sin ninguna apoyatura publicitaria aunque con la fama entre los aficionados de acá que se ha ganado la pasada temporada en Europa. De tal modo, ocurrió lo que suele en la Monumental con los debuts de figuras extranjeras todavía no vistas: Que ni mucho menos se llenó la plaza aunque bien fue verdad que los que asistieron fueron aficionados en su mayoría y, consecuentemente, con la intención de medir seriamente al debutante por ver si era verdad o no lo que habían oído hablar de él. Vamos que nada de congratulaciones previas y, aún menos, entusiasmos preconcebidos. En definitiva, que la papeleta no iba a resultarle nada fácil al distinguido neófito y, por consiguiente, que no le iban a pasar ni una, lo mismo que a sus compañeros de terna.

Puestas así las cosas para mejor situarnos en el ambiente, lo primero que tengo que decir es que el toro de la confirmación no fue de recibo ni por trapío ni, luego, por juego. Sin embargo, Perera pudo escuchar por primera vez en su vida los impresionantes olés de esta plaza mientras lanceó en el recibo a la verónica con excepcional juego de brazos, temple sin par y ganándole al toro un paso en cada lance. Rematadamente bien en esta suerte que es la fundamental del toreo de capa. También en un ajustadísimo quite por chicuelinas y tafalleras. Y después a esperar durante un mar de desalientos porque el toro no tenía fuelle ni casta ni, por tanto, transmitió nada de nada. Perera, aunque anduvo en todo momento por encima de las condiciones del animal y, a veces, quien trasmitió fue él – se escuchó gritar "¡mucho torero para ese toro¡" - no caló en la mayoría de los presentes pese a lo intachable de su torear con la máxima pureza, lo que por supuesto, el toro no resistió bien.

La tarde empezó, pues, muy cuesta arriba para Perera y más a sabiendas de que los toros que iban a salir a continuación iban a dar mejor juego simplemente por sus mejores hechuras, como así fue. El segundo, pese a mansear en varas, noble y repetidor sin mayores problemas que cierto descastamiento. Manolo Mejía se lo brindó al gran picador recién y dramáticamente accidentado, Efrén Acosta, y con decir que las ovaciones que el público tributó al brindado fueron las únicas que se escucharon tanto en el momento de brindis como después de muerto el toro, está dicho todo porque Mejía, aunque se compuso y se templó más que en banderillas para las que ya no tiene facultades, toreó tan por las afueras y sin cruzarse una sola vez, que la gente apenas le prestó atención y, encima, se lo recriminaron. Desde luego que no estábamos en día de bromas.

Por el contrario, sí y mucha además de entusiasta atención le prestamos todos al tercer y más joven espada, José Mauricio, quien, tras desilusionarnos como capotero, nos encantó con la muleta en una faena acorde con la gran clase de su estupendo oponente. Gran toro para el hacer el toreo y justo es decir que Mauricio lo bordó literalmente sobre ambas manos con un estilo relajado, sin ninguna exageración, sedoso, bellísimo, como ensimismado y a la vez alegre, elegantísimo además de inspirado y oportuno. Y así se fue arriba, muy arriba la tarde. Pero a Perera le faltaba por torear su otro toro y las espadas siguieron en alto para él. También para Mejía que no dio pie con bola con el cuarto, bastante peor que su anterior enemigo.

En alto y hasta con violento enfado se manifestaron los espectadores cuando vieron salir al quinto de Barralva. Su cuerpo flaco y escurrido no pudo ocultar su veleta cornamenta y mientras más corrió el toro por toda la plaza al tiempo que Perera trataba de fijarlo, más arreciaron las protestas hasta el punto que cualquier posibilidad de triunfar se presentaba imposible. Y qué digo de triunfar, ni siquiera quedar medianamente bien porque, además, el toro fue mirón, probón y de muy incierto embestir por los dos pitones. Y aquí surgió el gran Perera, el Perera inasequible al cualquier desaliento, el Perera ambicioso y supercapaz, el torero con más presencia de ánimo hayamos visto últimamente ante cualquier tesitura por adversa que sea y la de ayer lo fue en grado superlativo.

Ajeno al enojado griterío de la gente, seguro de sí mismo y con la fe que tiene en su ya más que demostrada e infinita capacidad, se puso delante del toro y poco a poco fue haciéndose con él al tiempo que también con el público que, a medida que fue transcurriendo el trasteo, fue convenciéndose del gran torero que estaban viendo sus ojos. Y del tendido surgió otro grito: “¡No hay toro, pero hay torero¡”. Y al dicho siguieron los hechos. El que parecía querer coger a Perera, terminó sometido y subyugado al poder de su mando, sencillamente porque, si mandó, fue porque templó con inaudita seguridad y firmeza. Y las lanzas se convirtieron en cañas. Y los gritos en olés. Y las protestas en ovaciones. Y las ovaciones en una emocionante petición de oreja que fue concedida porque la espada le funcionó a la perfección para superar tanta adversidad.

Superada y más que superada estaba la difícilísima situación. Eso, desde luego. Y para los profesionales y entendidos presentes, sobradamente consumada la hazaña. Pero no para Perera quien, más que querer, ansiaba le vieran en su mejor dimensión y de ahí la sorpresa que, mientras se lidiaba el sexto toro tal como es preceptivo en México, pidiera permiso a la presidencia para regalar un sobrero. Las exclamaciones de júbilo del respetable sucedieron a la vez que las expresiones favorables hacia José Mauricio mientras tuvo que vérselas con el manso sexto que por su mayor impetuosidad fue picado en varios encuentros sin que la gente lo aceptara aunque, una vez parado el animal , Mauricio intentó lucirse con la muleta. Cuestión que medio logró con no poco donaire aunque sin lograr ligar y menor redondear una faena propiamente dicha que, para colmo, no tuvo buen remate con la espada.

Claro que, el cierto desencanto que cundió cuando Mauricio no pudo repetir su triunfo anterior, fue compensado con la ilusión de ver en acción de nuevo a Perera para ver si, por fin, podrían descubrir su mejor y más alta dimensión muletera. Lo quiso Dios poniéndole en sus manos un serio toro de Xajay que, además de obediente, resultó encastado y por ello no fácil. Esto es, con esas dificultades que acrecientan todo lo que se hace a esta clase de animales. Que se entregan si se les domina. Que repiten si no se les quita nunca la muleta de la cara. Que siguen obedeciendo y hasta mejorando en su ir y venir tras el engaño porque se desengañan al no poder alcanzarlo nunca. En definitiva, porque se les templa. Que hasta rodean una y otra vez al torero como si dibujaran sobre la arena con su cuerpo un ocho y hasta un ochocientos ochenta y ocho mientras quien les conduce permanece quieto de pies y solo atento a templar los movimientos de su sus brazos y de sus muñecas.

Asombró por tanto la poderosa a la vez que afiligranada, por momentos inverosímil y para los que nunca le habían visto sorpresiva gran faena de Miguel Ángel Perera que se complació no solo en recibir al toro con tres angustiosos y luminosos pases cambiados, sino en alternar el mejor y más intensamente ligado toreo en redondo con la derecha y al natural en sucesivas suertes contrarias que profundizaron la obra en el tiempo y en el espacio pese a lo poco o nada que se movieron los pies del torero, finalmente feliz y radiante tras recetar una estocada entera en lo alto que terminó con la petición que hubo para que se indultara al animal.

Fue como escuchar una sinfonía tras presenciar una tormenta que pareció no haber tenido principio ni fin. Fue el colofón de una tarde para la historia. La tarde en que Miguel Ángel Perera confirmó su alternativa y se consagró en México como gran figura del toreo. Tanto o más como ya lo es en España y en Francia.

jueves, 7 de agosto de 2008

Feria de la Blanca en Vitoria (3ª corrida). Un “Olea” resucita al “Conde”

Serafín Marin se enganchó de nuevo a la temporada después de los diferentes avatares ocurridos a lo largo del año y lo ha hecho gracias al toro “cinco-picos” de María Olea, que le ha posibilitado torear como mejor luce su toreo, citándolo de largo .La estocada ha sido perfecta de ejecución y colocación, ¿quizás la mejor de la feria?. José Ignacio Ramos, por encima del complicado lote, demostró que todavía puede decir algo en este tipo de corridas y López Chaves pasó sin pena ni gloria por el coso vitoriano.

Vitoria. Nueva plaza cubierta. 7 de agosto de 2008. Tercera de feria. Un cuarto de entrada. Cuatro toros de Conde de la Corte y dos de María Olea. Bien presentados y todos complicados salvo el extraordinario tercero. El sexto fue un invalido, al igual que el quinto, que fue sustituido por uno del mismo hierro. José Ignacio Ramos: silencio y ovación saludos. López Chaves: silencio y silencio. Serafín Marín, oreja y silencio.

También podría haber titulado esta crónica como “días de mucho y vísperas de casi nada” porque después de la tarde anterior hemos vuelto a la cruda realidad de los tendidos vacíos y de los toros descastados. Aunque, por fortuna, el toro “cinco-picos” nos hizo creer que la corrida cambiaria de signo. No fue asi. Se trató de un espejismo. Pero un espejismo lleno de esperanza para Luis Guillermo López Olea, el ganadero de la tarde de hoy. Puede astar en el buen camino para recuperar una de las ganaderías santo y seña del campo bravo y madre de un encaste único. Le deseamos toda la suerte del mundo en este difícil y apasionante reto de recuperar una ganadería.

José Ignacio Ramos jugaba en casa pero no tuvo toros para triunfar. Domostró que merece ocupar mejor lugar en el escalafón, sobre todo en este tipo de corridas. Con las banderillas clavó asomándose al balcón en sus dos toros. Con la muleta anduvo valiente, voluntarioso, por encima de los oponentes. Mató de buenas estocadas, sobre todo al cuarto. Lástima que antes, caso raro en el, pinchó.

López Chaves, parece seguir sin levantar cabeza. Reaparecía tras una cornada que quizás le ha afectado y no ha tenido toros. Pero con el segundo podía haber hecho algo más. Con el quinto se mostró voluntarioso..

Serafín Marin se enganchó con un notable éxito a la temporada después de los diferentes avatares ocurridos a lo largo del año. Lo consiguió gracias al gran tercer toro que le permitió citarlo de largo para torearlo con la mano derecha en cuatro tandas. Cuando se echó la muleta a la izquierda, el toro le prendió propinándole una cornada y ni se miró al levantarse ni quiso pasar a la enfermería hasta la muerte del sexto. Mató a este tercero de una extraordinaria estocada, tanto por colocación como ejecución, de la que el animal salió rodado. La oreja que cortó, quizás fue poco premio para la categoría que había tenido el toro, pero mucho para la autoestima del torero. Desde aquí deseamos a Serafín una pronta recuperación porque, esta oreja de ayer en Vitoria, seguro que anímicamente le habrá venido bien.

Parte médico: "cornada de 7 cm. en el glúteo derecho. Operado en la enfermería de la plaza, se le colocó un drenaje en la zona afectada y fue enviado al hotel con pronóstico reservado".

Feria de la Blanca en Vitoria (2ª corrida). Triunfaron con Domecqs de “tercera”


Si ayer comentábamos el excelente momento de forma que atravesaba Miguel Ángel Perera a pesar de no cortar ninguna oreja, hoy podríamos decir que ratificó con creces todo lo apuntado la víspera, dando una dimensión de figura y, ésta vez si, cortando orejas. Se jugó el tipo con el feo y peligroso tercer toro que a punto estuvo de cogerlo, pero lo sometió y lo torero bien, sobre todo con la mano izquierda. Faena importante y de dos orejas aunque, el público, una tarde más pueblerino, sólamente solicitó una. Cosa que sí hizo en el sexto tras una faena larga a un toro parado con el que se dio un arrimón. Manzanares sorprendió más al público y fue quien cortó dos orejas después de una buena faena en la que abundaron los circulares invertidos tras notables tandas de derechazos suaves y templados. El Juli, en el cuarto, salió espoleado por el triunfo de sus compañeros y a punto estuvo de cortar una oreja, pero el toro tardó en caer y el publico se enfríó. Los Sorandos, fueron nobles pero justos de fuerza; y algunos, como el quinto y el sexto, se pararon.

Vitoria. Nueva plaza cubierta. 6 de agosto de 2008. Segunda de feria. Casi lleno. Toros de Román Sorando. Bien presentados y nobles pero sosos, y justos de fuerza en su mayoría destacando el excelente segundo; el tercero fue peligroso; quinto y sexto se pararon muy pronto El Jul: silencio y Palmas tras aviso y leve petición. José María Manzanares: dos orejas y silencio. Miguel Ángel Perera:, oreja tras aviso y oreja tras aviso con petición de la segunda.

La de Román Sorando es una ganadería que se podría considerar de tercera división, sobre todo porque apenas lidia en plazas de fuste. Si hiciéramos un símil futbolístico, las figuras la eligen de vez en cuando para tardes importantes como la de ayer aunque, quizás la elección de ayer no fue la más adecuada. A pesar de que lidió un buen toro, el segundo, el resto de la corrida evidenció falta de fuerzas, alguno como el tercero tuvo peligro y el quinto y el sexto se pararon al inicio de la faena.

El Juli tuvo en primer lugar el toro de menos fuerzas de la corrida por lo que enbistió demasiado rebrincado, por lo que tuvo que abreviar. En el cuarto, sin embargo, salio espoleado por el triunfo de sus compañeros y dejó al toro muy crudo en el caballo sin que su picador llegara a meterle del todo las cuerdas. Brindó al publico y empezó por alto la faena para luego sacarse al toro a los medios e instrumentarle buenas tandas con la mano derecha y una con la izquierda superando la sosería del toro. El Juli, puso todo de su parte para llegar al publico, terminó la faena con molinetes y pases del desprecio y mató al toro de un pinchazo y una estocada, pero el toro tardó en mucho caer y sonó un aviso, por lo que el publico no pidió la oreja con suficiente insistencia.

José Mari Manzanares se llevó el mejor toro de la corrida, un colorado de preciosas hechuras al que toreó bien de salida con el capote. Con la muleta recetó despaciosos y templados derechazos y naturales que llegaron mucho al publico. Pero cortó pronto la faena fundamental y se dedicó a recetar circulares, tanto invertidos como naturales que el animal admitió obediente y sin pararse, provocado entonces el más entusiasta calor del publico. Mató de una estocada desprendida y se le pidieron las dos orejas que el presidente, para algunos sorpresivamente, concedió. Al muy parado quinto lo intentó torear, pero como no pudo sacar ni un pase, terminó de seguido la faena.

Miguel Ángel Perera ofreció una importante tarde ayer en Vitoria, no tanto por los quilates de su toreo sino por lo valiente, decidido y honrado que estuvo. En tercer lugar sorteó un toro muy feo y playeron que sacó peligro por los dos pitones a la par que cierta nobleza en su fondo, lo que le permitió jugarse el tipo limpiamente. El toro, antes de embestir, le miraba mucho, tras cada muletazo sabia lo que se dejaba atrás. Le avisó varias veces,y se rozó la cogida, pero a base de firmeza, se sobrepuso al toro e incluso logró dar excelentes naturales. Con el parado sexto alargó en exceso la faena, quizás su único borrón, pero como se metió entre los pitones y se pegó un serio arrimón, calentó y de qué manera a los tendidos. Mató de media desprendida y el publico pidió las dos orejas, las que deberían haberle pedido en el tercero. El Presidente, creo que con buen criterio, solo soncedió la primera. Una de las cosas que tuvo más importancia en la tarde de Perera fue gran responsabilidad que mostró para ser una plaza de segunda, tal y como suele este año en todas partes. Todo el mundo espera que tan impresionante momento lo ratifique en las inminentes ferias de San Sebastián y Bilbao, sus más serios compromisos en el Norte.

Si anteayer me metí con los Blusas, hoy debo decir que su comportamiento de ayer fue bueno. Lo único que se puede achacar al inexperto público vitoriano fue que, después de pedir las orejas para los toreros, tras no ser concedidas no les aplaudieron luego para que salieran a saludar o dieran la vuelta al ruedo. También es censurable que, sin estar anunciada previamente ninguna parada ni receso para “merendar”, la presidencia abandone el palco entre la lidia del tercer y cuarto toros durante quince minutos, con lo que tan inaudito abandono representa de falta de respeto para los toreros y, de paso, al público aunque la mayoría no caíga en el feo detalle. Incréíble.

Feria de la Blanca en Vitoria.Los "cuvillos" se fueron con las orejas puestas


Miguel Ángel Perera continuó con su gran e innegable momento de forma, sobreponiéndose con seriedad y mando al peor lote de la desigual pero muy armada y astifina corrida de Núñez del Cuvillo; destacó su faena al jabonero tercero que pareció quererse rajar y al que sujetó muy bien en los medios, realizándo una buena faena, aunque mató de una estocada desprendida, lo que le impidió cortar una oreja pese a no ser pedida con la mayoría necesaria. El Cid dejó escapar los dos mejores toros de la corrida, con los que estuvo frío. Y Castella, con un buen lote, demostró que ha perdido la clase y el valor que tuvo antaño aunque cortó una oreja del quinto y se le pidió otra del segundo que mató de un indecente bajonazo. El publico de Vitoria, al que se quiere recuperar y, sobre todo, a los “blusas” que volvieron a poblar los tendidos, demostraron, sobre todo éstos últimos, una gran falta de personalidad al copiar lo malo del sol de Pamplona y hasta parecer que presenciaban un partido del “glorioso” Alavés en lugar de una corrida de toros por los innumerables cánticos futbolísticos que entonaron.

Vitoria. Nueva plaza cubierta. 5 de agosto de 2008. Primera de feria. Casi tres cuartos de plaza. Toros de Núñez del Cuvillo, desigualmente presentados aunque con imponentes defensas. A algunos les falto remate. Nobles pero sosos en su mayoría destacando el primero y el cuarto por su nobleza y buen juego. El Cid, silencio y ovación con saludos.Sebastián Castella, ovación con saludos y oreja tras aviso. Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso y silencio.

Núñez del Cuvillo envió a Vitoria una corrida apta para pasar el reconocimiento por sus astifinas defensas aunque, en algunos casos, solo tenían cuernos,y unos cuantos parecieron “tablas” por su escaso remate. Todos los toros recibieron un solo puyazo aunque en algunos casos fueron excesivos. La corrida desarrolló una nobleza bobalicona y mansedumbre en algunos de los toros. A pesar de ello, fue una corrida con la que los toreros debieron de triunfar.

Perera, a pesar de escuchar solo silencios a la muerte de sus dos toros, realizó la faena más importante de la tarde, con el jabonero tercero. Un toro bien hecho que amenazó con rajarse, cosa que no consiguió gracias a la técnica y al buen hacer del torero extremeño. La faena estuvo basada en la mano derecha en la que llevó metido al toro en buenas tandas. Con la izquierda los naturales tuvieron menos intensidad que los derechazos. La faena fue importante por la madurez que demuestró el torero, pero no será de las que se recuerden. Pinchó antes de dejar una estocada desprendida, lo que unido a la no mayoritaria petición de oreja, le privaron de dicho trofeo. Extraño que después de pedir la oreja, el público no aplaudiera al torero para que saludara.

Sebastián Castella, evidenció que ya no es el torero tan valiente que fue, pero se le vio, algo más recuperado que en los pasados Sanfermines, cosa que nos alegra. Esperamos llegue al lugar que ocupaba antaño. Tuvo dos toros que se movieron. En el primero le empezó la faena con unos estatuarios marca de la casa, para luego instrumentar buenos pases por ambos pitones, pero sin transmitir a los tendidos y sin que la faena tomara vuelo. Mato de un bajonazo indecente, del que el toro cayo fulminantemente, razón de que el publico pidiera la oreja aunque por no ser mayoritaria y después del bajonazo, el presidente aguantó bien la petición y la posterior protesta, por la no concesión. Trofeo que si tuvo que darle en el quinto, después de una faena en la que el torero afronto la situación más enrabietado a raíz de la espectacular voltereta que sufró al torear de capote y de la que salió afortunadamente ileso.

El Cid estuvo muy en su línea con dos buenos toros, realizándoles buenas simplemente faenas por,pecar de frío y algo mecánico. Al cuarto lo mató de una buena estocada después de la cual volvimos a vivir otra insuficiente petición de oreja.

Por ultimo quiero hablar algo sobre el publico de Vitoria, al que se quiere recuperar, y sobre todo a los “blusas”, que volvieron a poblar los tendidos. Demostraron, sobre todo estos últimos, una gran falta de personalidad, al copiar lo malo del sol de Pamplona, y que parecía que presenciaban un partido del “glorioso” alavés en lugar de una corrida de toros por los innumerables cánticos futbolísticos que entonaron.

Azpeitia, una buena feria a pesar de los resultados

Los tres días hubo más de tres cuartos de plaza cubiertos, e incluso el día 31, fiesta de San Ignacio de Loyola, la plaza registró un lleno. En el aspecto ganadero hay que destacar las corridas de “El Ventorrillo”, por noble y con un toro de bandera, y sobre todo la de Ana Romero en la que se lidiaron cinco buenos toros, destacando sobre manera el cuarto, un toro con nobleza y con una embestida pastueña. La decepción ganadera de la feria fue la corrida de portuguesa de Palha, que estuvo muy mal presentada, con toros muy grandes, y otros muy chicos y que dio un juego pésimo en la muleta, con peligro sordo, sin terminar de pasar y queriendo coger al torero en algunos casos, con la excepción del quinto, que a pesar de mansear en el caballo, rompió a embestir con mucha nobleza en la muleta.

Con respecto a los matadores de toros, Diego Urdiales anduvo solvente con el lote mas serio de la feria, sacándole las pocas embestidas que tuvo. Sánchez Vara, no estuvo a la altura del lote de la corrida de Palha que sorteó a pesar de cortar una oreja. Javier Valverde, abrevió con el lote mas peligro del encierro portugués.

Al día siguiente, Pepin Liria recibió un homenaje del público azpeitiarra por su retirada, y correspondió al público con entrega y por momentos con buen toreo, sobre todo con el excelente primero al que debió cortar las dos orejas, pero solo paseó una. Manuel Jesús “El Cid”, es un torero muy querido en Azpeitia, plaza a la que lleva viniendo siete años, a pesar de que hasta esta temporada no había cortado ninguna oreja. La oreja la cortó del quinto toro, el otro bueno de la corrida, por una faena templada por ambos pitones, aunque esta vez destacó toreando con la derecha. Mató de una buena estocada que le supuso conquistar su primera oreja. Otra podía haber cortado del segundo, pero la espada le hizo guardia. La terna de esa corrida la completaba el alicantino José Maria Manzanares que, pese a tener el peor lote de la corrida, no se aburrió en ningún momento y tiro de técnica para poder triunfar sin que le importara que el sexto pegara varios derrotes y hasta sufrir un serio revolcón. Al sexto le realizó una excelente faena, que en sus inicios consistió en asentar al toro - tenia poca fuerza - para luego intercalar series por ambos pitones en las que los naturales fueron soberbios, con temple, y alargando lo máximo la embestida. Se podría decir que se inventó al toro, para luego bordar el toreo. Mato de una buena estocada y cortó quizás la oreja de más peso de la feria.

El sábado se celebró la tercera y última de feria en la los tres toreros podían haber salido en hombros. Pero los desaciertos con la espada lo impidieron. Antonio Ferrera tuvo el mejor lote de la feria. Su primer toro fue en todo noble y le permitió instrumentar una buena faena, que tuvo dos partes: una primera de buen toreo y otra de toreo accesorio de cara a la galería a base de circulares invertidos y pases por alto. Varios pinchazos emborronaron su posible triunfo. Lo mismo que le ocurrió con el excelente y pastueño cuarto toro, al que banderilleo bien, y al que podía haber desorejado por partida doble.

Talavante sorteó en primer lugar un toro noble aunque soso y mirando al tendido después de cada muletazo, al que consiguió meter en la muleta ligando los muletazos en un palmo de terreno gracias a que se la dejaba puesta en la cara. Destacaron las tandas de muletazos con la izquierda. Con el quinto, un toro que se aquerenció en chiqueros debido a que en esta plaza se realiza el desencajonamiento en el ruedo y que sabia por donde había entrado, le realizo la faena en chiqueros, en la que hubo buenos muletazos por ambos pitones sin apenas enganchones y muy ligados, pero el toro se fue apagando poco a poco. Terminó la faena con unas bernadinas muy ajustadas y mato de una excelente estocada tanto de colocación como de ejecución, entrando a matar muy despacio, lo que le valió cortar una oreja.

El joven Daniel Luque, entró de lleno tanto en Azpeitia y, de paso, en el Norte. Acreditó su excelente momento profesional a pesar de que no tuvo toros claros e incluso a que matara mal. En los dos toros estuvo muy bien por ambos pitones, inteligente, entendiendo bien a los toros y ejecutando toreras trincherillas. El público le agradeció mucho las ganas de agradar y la disposición con la que afronto la corrida. Fue una de las noticias más gratas de la temporada. Se ganó la repetición al igual que Manzanares y Talavante, y esperemos que la comisión haya tomado buena nota.

Este año ha sido el primero en el que no ha dirigido a la banda de música el gran director que fue de la misma José Luís Francesena alias “Shubert”, ya que el año pasado recogió el testigo al frente de la banda su hijo, que tiene una gran formación musical pero quizás falló en la elección de los pasodobles algunos días. No obstante, le auguramos un excelente futuro. El último día compartió batuta con su padre y dirigió el famoso y tradicional “Zortziko” así como algunos pasodobles.

FICHAS TÉCNICAS DE LAS TRES CORRIDAS

31 de julio. Casi lleno. Toros de Palha, desiguales de presentación, complicados, duros y difíciles salvo el 5º. Diego Urdiales: Palmas y palmas tras aviso. Sánchez Vara: Vuelta por su cuenta tras leve petición y oreja. Javier Valverde: Silencio y Silencio.

1 de Agosto. Tres cuartos de entrada. Toros de El Ventorrilo, bien presentados, nobles pero justos de fuerzas los mejores 1º extraordinario y 5º noble pero soso. Pepin Liria: Oreja y Ovación con saludos. El Cid: Ovación con saludos y Oreja. J.M. Manzanares: Ovación con saludos tras leve petición y Oreja

2 de Agosto. Más de tres cuartos de entrada. Toros de El Ventorrilo, bien presentados, nobles pero justos de fuerzas los mejores 1º extraordinario y 5º noble pero soso. Antonio Ferrera: Silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso. Alejandro Talavante: Ovación con saludos y oreja tras aviso. Daniel Luque: Ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso

jueves, 19 de junio de 2008

Azpeitia presenta su feria


La comisión Taurina de la Plaza de Toros de Azpeitia ha presentado hoy los carteles de la feria de San Ignacio 2008 que se celebrara en dicha localidad entre los días 31 de julio y 2 de agosto. El ciclo consta de tres corridas de toros en las que se lidiaran toros de tres encastes diferentes como son los de Palha, El Ventorrillo y Ana Romero.

Los carteles son los siguientes:

- Jueves 31 de Julio. Toros de Palha para Diego Urdiales, Sánchez Vara y Javier Valverde.

- Viernes 1 de Agosto. Toros de El Ventorrillo para Pepín Liria, El Cid y José María Manzanares.

- Sábado 2 de Agosto. Toros de Ana Romero para Antonio Ferrera, Alejandro Talavante y Daniel Luque.

Además el 25 de julio se celebrará el tradicional desencajonamiento de las reses a lidiar.